La nueva capilla del Carmen de Abaixo

La iglesia del Carmen de Abaixo, conocida así para diferenciarla de la iglesia del Carmen de Arriba, vecina esta última del convento de Santa Clara, fue construida al borde del río Sarela y al borde del puente del Carmen de Abaixo. Su construcción, promovida por la Cofradía de Nuestra Señora del Carmen, coincide en un momento especial en el que confluirán los postulados del lujoso Barroco, que se niega a desaparecer, y el nueva arte que trata de imponer austeridad, el Neoclasicismo, manifestándose en este momento la tensión entre recargo y sencillez, y entre licencia y rigor a la norma. Esta capilla refleja esas tensiones, pero antes de hablar de ella vale la pena dar alguna información sobre la cofradía que la manda construir.

La cofradía de Nuestra Señora del Carmen nace el 1 de enero de 1749. La mayoría de las cofradías de Santiago afloran con mayor fuerza en los siglos XVII y XVIII, y tienen mayoritariamente origen gremial. Pero la Cofradía del Carmen nace por causas estrictamente religiosas: en el espiritual, por la posibilidad de ganar indulgencias y beneficiarse de los sufragios ofrecidos permanentemente por los hermanos difuntos y, en el material, por el auxilio que se presta a la familia del cofrade difunto marcada por la necesidad, sin olvidar el derecho que los cofrades tenían de disfrutar de una jornada festiva de cofraternidad. Estas fiestas, sobre todo en la segunda mitad del siglo XVIII, eran especialmente vigiladas por las autoridades religiosas debido al excesivo gasto en que a las veces incurrían.

Entre otras labores, la cofradía acompañaba los cofrades en su agonía, velaba el cadáver, facilitaba la vestimenta, asistía al enterro, celebraba sufragios individuales por cada cofrade difunto y en generales por todos los de la hermandad, tal y como se recoge en el libro Las cofradías gallegas en el Antiguo Régimen de Roberto J. López López. En los siglos XVII y XVIII el traslado del difunto desde la casa a la iglesia era ocasión de lucimiento para la familia y para quienes pertenecían a una cofradía, este lucimiento se tenían asegurado con la presencia de tres o cuatro sacerdotes en la comitiva.

LA NUEVA IGLESA

La actual iglesia del Carmen de Abaixo fue encargada por la Cofradía del Carmen y su construcción se desarrolló en dos fases. La primera entre 1750 y 1773 y la segunda en el siglo siguiente, a partir de 1867.

En la construcción del siglo XVIII, las obras se prolongan extraordinariamente debido a la crítica situación económica de Galicia en toda la década de 1760, causada por las malas cosechas, la crisis agraria y la carestía extrema. La situación es tal que la Junta del Reino de 1769 dirá que Galicia «.. está para dar el último suspiro».

Intervino en la construcción del siglo XVIII el arquitecto Clemente Sarela y es probable que también Lucas Hierro Caaveiro. Es un templo de estilo barroco clasicista durante cuya construcción se pierde la señal del barroco compostelán dando como resultado una obra de carácter muy rural. Consta de una planta muy sencilla, de una sola nave rectangular, cubierta a dos aguas con una vidriera circular en el centro.

En el siglo siguiente, se reformará para darle un mayor ancho. Estas obras no sólo rompen la proporcionalidad de la capilla construida en el siglo XVIII sino que también reducen la luz al eliminar una energía lateral del muro sur que será sustituida por un pseudo y poco afortunado crucero.

La fachada se distribuye entre columnas que enmarcan la puerta sobre la que se sitúa una furna con la imagen de la Virgen del Carmen que la presidenta representada con una tipología nada frecuente que, de hecho, es la primera y única vez que se empleará en Santiago. Un poco más arriba se ve el escudo carmelitano. Corona la fachada una torre campanario de tipo muy común y similar al de otras iglesias de la ciudad, que se sitúa encima del frontón curvo de final. En el muro lateral norte se encuentra un relevo que representa los santos fundacionales de la Cofradía: la Virgen del Carmen y San Eleuterio, que posiblemente fue colocado hacia el año 1900.

La traza del retablo mayor de 1767 se puede atribuir a Miguel Hierro Caaveiro según un recibo que consta en el archivo parroquial. Presenta mezcla de elementos rococós junto a otros de estilo neoclásico. Lo preside la Virgen del Carmen rodeada de San Brais, San Emigidio, San Ramón, Santa Quiteria y San Gabriel, una corte que insiste en la salvación de los peligros tanto materiales como espirituales. De todas las figuras, la más valiosa es sin duda la de Santa Quiteria, obra de José Ferreiro y que muestra las características estilísticas de los talleres compostelanos del tercer cuarto del siglo XVIII.

En el exterior, invita el visitante a descubrir un tablón de juegos grabado en la piedra similar a los que se pueden ver en San Lourenzo y en muchos lugares de la ciudad.

LA ANTIGUA CAPILLA

Antes de la construcción de la iglesia actual existía una pequeña capilla conocida como de Nuestra Señora de la Puente del Arcebispo, como lo indica un grabado de 1752 conservado en el archivo parroquial. Sabemos que esta capilla era de pequeñas dimensiones por un documento de la cofradía:

“..la anterior capilla es muy pequeña, en que no caben mas de dos docenas de personas.. en los días festivos escuchan misa fuera».

Abunda en la necesidad de un templo mayor otro documento del fondo de la cofradía que dice:

“.. amplios rigurosos del inbierno y sentirse faltos del consuelo espiritual por la larga distancia que hay desde el lugar.. donde está dicha capilla y la parroquia» .

Esta ermida se mantendrá en pie muy poco tiempo porque en la Junta de Cabildos de 9 de marzo de 1760 se acordará hacer una nueva, por las evidentes razones que exponen los documentos que se guardan en la parroquia y en la cofradía.