El banquete de Conjo
Entre 1852 y 1855 Galicia estuvo afectada por graves crisis económicas. La comarca compostelana se vio especialmente perjudicada en 1853 dando lugar a lo que se conoce como «año de la hambre». En ese año, las inclemencias metereológicas provocan la pérdida de la mayor parte de las cosechas y una gran carestía del gran cargo de importantes casas comerciales. Por este motivo se producen graves alborotos, altercados y motines que llevan a las autoridades a declarar el estado de sitio.
Estando muy recientes los sucesos de esta crisis, movimientos liberales de la ciudad convocan el Banquete de Conxo. Se trata de una reunión histórica de cofraternidad entre diversas clases sociales de la época (estudiantes, artesanos, obreros…), que bajo la leyenda «Orden y fraternidad» tuvo lugar el 2 de marzo de 1856, coincidiendo con el décimo aniversario de los Mártires de Carral (la sublevación de militares gallegos contra el dictador Narváez que acabó con el fusilamiento de todos ellos). El anuncio del Banquete causó espanto entre las clases más poderosas de la ciudad de Compostel.
Aunque hay dudas sobre la situación exacta, se supone, según el criterio de varios autores, y algunos descendientes de personas que estuvieron allí, que se celebró en la zona conocida como Belvedere, en Conxo, al borde del río Sar, en una carballera ubicada detrás del monasterio de Santa María de Conxo.

Surge por iniciativa de Aurelio Aguirre, y es considerado uno de los acontecimientos fundacionales del galleguismo. Asistieron al acto un patrón y dos obreros de cada oficio, convencidos por los estudiantes de la Universidad de Santiago. Vestidos de Frac, los estudiantes, que eran considerados como clase alta, le sirvieron el banquete a los obreros. Este gesto fue tomado como una provocación por las autoridades, y terminó con la toma de la carballera de Conxo por el ejército, para celebrar el almuerzo rodeados de soldados pues se temía una insurrección.
Entre los convenientes más destacados que asistieron a la juntanza estarían Aurelio Aguirre, Eduardo Pondal y Luís Rodríguez Seoane, pero además se piensa, aunque no se sabe con certeza, que también han acudido a esta reunión, entre otros, Manuel Murguía, Paz Novoa, e incluso la propia Rosalía de Castro. En este almuerzo, Eduardo Pondal saluda los asistentes con el siguiente poema (extracto):
“BRINDIS”
Brindo por quien, señores, la victoria.
Muerto mas no vencido dió al tirano;
Al ilustre varón de alta memoria,
El célebre Catón republicano:
de nuestra idea á la futura gloria,
y brindo por el pueblo soberano…
y á quien acate libre como el viento
el vuelo del humano pensamiento…
(Versión publicada en el nº 7 de la revista Galaica en 1874, el manuscrito hallado por el profesor Félix Neira presenta algunas variantes y varios versos inéditos en la prensa).

Por este y otros brindes pronunciados en esta juntanza, tanto Aurelio Aguirre, como Eduardo Pondal fueron procesados por la Audiencia de A Coruña que pretendía deportarlos a las islas Marianas en el océano Pacífico, aunque finalmente, y gracias a los informes del fiscal de Santiago, no fueron deportados. La Iglesia también mostró su enfado, pues consideraban estos discursos faltos de moralidad y religiosidad, y Aurelio Aguirre fue acusado de ateo, una grave acusación para la época. tuvo una gran repercusión en toda Galicia.