El monasterio de Conxo
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Historia
En el barrio de Conxo , en la parte sur de la ciudad, encontramos con el monasterio de Conxo.
Según los datos históricos que se conservan, el arzobispo Gelmírez manda construir en el año 1106 un monasterio para albergar la primera comunidad de monjas en Galicia, y para ello elige hacerlo sobre una pequeña y destacalada iglesia pre-románica anterior al siglo X dedicada a la virgen de la Concha. Se inaugura en el año 1129 tal y como podemos observar en una inscripción en el interior del claustro.
El arcebispo mandó poblar la zona con árboles fruteras y viveros de pescros para el abastecimiento de las religiosas. Se cuenta, por tanto, con la que puede ser una de las primeras piscifactorías de la historia, a cuyo recuerdo se erige en 1953 un monolito en el núcleo de Torrente, cuya inscripción dice:
«Don Diego Gelmirez, que mandó construir en el año 1129 un criadero de pescóricos para que las aguas del río tuvieran para el común una riqueza tan importante para la vida de las clases humildes como es la piscícola».
Servicio Nacional de Pesca Fluvial. Ministerio de Agricultura.
Las monjas habitaron el monasterio hasta finales del siglo XV momento en el que se trasladaron a San Payo de Antealtares debido a la reforma monacal realizada en tiempos de los Reyes Católicos .
El monasterio queda abandonado unos años pasando a ser habitado por unos monjes del orden de los mercedarios, recibiendo el nombre de Mercé de Conjunto. Con el paso de los años ha llegado ser uno de los Conventos Mercedarios más ricos de España. Los monjes alargarom su estancia en el monasterio hasta el siglo XIX, momento de la desamortización en España, cuando se mudaron a Poio (Pontevedra).
A partir de aquí se barajan varios proyectos para el monasterio entre ellos su derrumbe. Entre 1883 y 1885 el cardenal Payá manda construir un hospital para enfermos mentales inaugurado el 1 de Julio de 1885. El recinto pronto quedará pequeño por el que se necesitará ampliar. En 1902 es inaugurado el nuevo edificio, anexado a la parte antigua.
Valores artísticos y arquitectónicos
Según la escasa documentación de la época, se sabe que de aquélla, el primer monasterio femenino tenía tres naves. En todas ellas podían verse figuras labradas en piedra, representación del Antiguo y Nuevo Testamento.
El mantenimiento de este monasterio se aporta de donaciones, rentas y otras aportaciones de las gentes del lugar. Pero en el siglo XV tanto las monjas como el mismo convento, pasaban por una mala época, documentándose el estado ruinoso del edificio.
En ese momento el arzobispo Stellano Fonseca recibe de la superiora del orden, la renuncia al convento y posesiones. Se fueron entrega el patrimonio a los monjes mercedarios la perpetuidad. Comienza en ese momento la primera gran reforma arquitectónica del primitivo edificio pero de esos años no hay mucha documentación.
Podemos decir que aun quedando restos de la época medieval, y de las obras hechas en el siglo XV, a partir del siglo XVII es cuando se datan las mayores obras de remodelación. Las exigencias eran construirlo todo en perpiaño, pero si no fuera posible, podría hacerse en cachotería siempre que no se viera la primera vista, y para las obras de remodelación de esta época fueron reciclados materiales del primitivo convento medieval.
De 1608 tenemos constancia del inicio de obras por parte del maestro González de Araújo, quien tendrá el encargo de restaurar, cuando no derrumbar y reedificar, partes enteras que amenazaban caerse Entre 1693 y 1710 trabaja frei Gabriel de Casas en la nueva iglesia.
La acción más significativa fue la fachada principal del monasterio, obra de Simón Rodríguez, con la portería de Clemente Fernández Sarela (siglo XVIII).
Simón Rodríguez, arquitecto santiagués es uno de los máximos exponentes del barroco de placas, trabaja en la remodelación del monasterio entre 1729 y 1737. Proyecta la fachada actual, el claustro, los retablos de la iglesia y la capilla del Santo Cristo. En esta capilla está el Cristo Crucificado obra de 1628 del escultor monfortino Gregorio Fernández, uno de los paradigmas del barroco español quien nos presenta una magnífica talla de gran realismo. Simón Rodríguez no solo se ocupó de la capilla, sino que también diseñó para esta unos sepulcros de tipología muy novedosa.
En la iglesia todavía es necesario mencionar dos obras importantes de la imaginería de Compostela. Un San José y un San Andrés que Ramón Otero Túnez atribuye a Mateo de Prado, escultor gallego discípulo de Gregorio Fernández. Mateo de Prado es autor, entre otras obras en Santiago, de la cantaría del coro de San Martiño Pinario. Estas tallas podemos velas en la nave lateral izquierda, donde también se encuentra una figura de Santiago peregrino, una representación del Apóstol muy poco frecuente que además indícanos la vinculación de este monasterio con el Camino Portugués que pasa a su lado-
Leyendas
Según las leyendas, la primera comunidad de religiosas fue promovida por Rusuida, una bella dama enamorada del galante Canogio. Cuando los enamorados deciden casar el padre de Canogio cae enfermo y éste como buen hijo decide peregrinar a Compostela para pedir por su salud. El conde de Guarino, encaprichado de Rusuida se declata del viaje y aprovecha el mismo para asesinar a Canogio y así tener vía libre para conquistar la dama. La moza averigua los planes del Conde y corre tras Canogio para avisarlo, pero ya es tarde, encuentra el cuerpo inerte de su amando asasinado por el conde. Rusuida decide continuar el camino a Compostela con el cuerpo de su amado.
Una vez en Compostela y tras visitar a Catedral decide buscar un lugar para darle sepultura. Se dirige al río Sar y allí sobre un ribazo ve una bandada de palomas, y elige este sitio para dar descanso eterno a su amado y construir un pequeño convento en el que retirarse. El nombre del barrio, Conxo, derivaría de Canogio el nombre del infortunado amante y peregrino.
Otra leyenda relacionada con este barrio fecha del siglo XIV y es bien conocida por las gentes de Santiago en alguna de sus variantes. El 30 de junio de 1366, por orden del Rey Pedro I de Castela, son asesinados el prelado Suero Gómez de Toledo y el deán de la Catedral Pedro Álvarez. Estas muertes están relacionadas con las disputas sucesorias entre Pedro I y Henrique de Trastámara, ya que el arzobispo apoyaba este último. Con motivo de estos asesinatos, se pierden los templos compostelanos, y la gente tiene que acudir al alejado monasterio de Conjunto para los ritos religiosos. Y así nace una de las frases más utilizadas por los compostelánes: «va en la misa en Conxo», utilizada hasta el día de hoy cuando se quiere expresar con mofa el retraso o ausencia injustificada de alguna persona. Una variante de esta leyenda más conocida si cabe, refiere que el arzobispo fue asasinado durante la procesión del Corpus por mantener amores adúlteros y que por esta causa la calle donde ocurrieron los hechos fue tapiada, la calle en cuestión estaría entre la Nueva y la del Vilar, en la Zona Vieja compostel, aunque parece ser que nunca existió tal calle.
Visitas al claustro y a la iglesia
La portería y el claustro románico del monasterio se pueden visitar pidiendo permiso en la portería. No está permitido hacer fotos dentro del recinto monástico, hoy hospital psiquiátrico.
En cuanto a la iglesia, se puede visitar antes o después de las misas que tienen el siguiente horario:
- Primavera-verano (del 1 de abril al 30 de septiembre): laborables: 9.30h y 20.00h. Domingos y festivos: 9.00h, 12.00h y 19.00h.
- Otoño-invierno (del 1 de octubre al 31 de marzo): laborables: 9.30h y 19.00h. Domingos y festivos: 9.00h, 12.00h y 18h00h.