La ciudad de Santiago de Compostela, uno de los principales puntos de preparación de la piel animal para las industrias del calzado, vestido y otros usos del cuero, tuvo un total de veinticinco factorías de la ciudad sobre los márgenes del río Sarela. El ayuntamiento de Santiago compitió comercialmente junto con Allariz y Noia en la industria del cuero.
Entre los años 1790 y 1830 el cuero compostelano experimenta un aumento de producción y de exportación que hicieron de Santiago un referente en el sector. El suministro de la materia prima provenía en principio de los mataderos locales, todos monopolizados por el consistorio o la Iglesia
La primera dificultad con la que se encontraron los industriales compostelanos ocurre ya en el siglo XIX. Fue la caída en la importación de los «cueros indios» provocada por la independencia de las colonias americanas.
El procesamiento de las pieles se realiza en cuatro fases según las tareas empleadas llamándolas: la «ribera», el «caleo», rebajado y el acabado, respectivamente. En la cortumbre de la piel se emplea uno de los elementos fundamentales, los taninos.
En las distintas zonas de los márgenes del Sarela encontramos una gran variedad de fábricas destinadas a la industria de las pieles. Un total de catorce de estas fábricas están los restos en diferentes estados, en ruinas, rehabilitados o en proceso de rehabilitación.
