El paisaje agrario de las Brañas do Sar

Brañas de Sar 1957
Ortofoto Brañas do Sar
Prados no Multiusos
Prados zona multiusos
Rego nun prado
Arroyo de los prados

Las brañas son, en Galicia, zonas parcialmente anegadas situadas a las orillas de un río, que están verdes todo el año y en las que antiguamente pacía el ganado de las pequeñas explotaciones agrarias gallegas. Se trata de un ecosistema frágil y con una función muy importante en la regulación del agua porque la retienen cuando llueve mucho y evitan que vaya de golpe a los ríos produciendo inundaciones.

Las Brañas do Sar son un espacio de unas 33 Ha, parte de la cuenca del río Sar, que bordea la ciudad de Santiago de Compostela por el levante, y que se divide en dos por el callejero histórico de Sar y la colegiata del mismo nombre. Discurren desde las piscinas y el Multiusos de Sar hasta Pontepedriña, enmarcadas hacia el oriente por los montes Viso, Gaiás y Santas Mariñas, y hacia el poniente por la fachada urbana de la ciudad, con la vía del ferrocarril y el periférico que marcan su límite frenando el avance de la ciudad.

Muros no Gaiás
Muros del Gaiás
Prados zona O Forte
Prados de la zona de O Forte
Muíño de Vilar
Molinos casa de O Martelo

Referencias arqueológicas e históricas

A partir de los resultados de un estudio centrado en el monte Gaiás a causa de la construcción de la Cidade da Cultura, realizado en el año 2000,  aunque no se encontraron yacimientos arqueológicos en ese espacio, si que resulta relevante que pusieron de manifiesto elementos del antiguo paisaje rural gallego a través de la pervivencia de dos tipos de construcciones esenciales: las terrazas de cultivo intensivo en las vertientes y zonas bajas del monte, y las vallas de piedra de la división en el monte para acotar las parcelas. Resulta llamativo que en siete de las diez terrazas sondeadas y datadas por procedimientos radiocarbónicos, se situase su antigüedad en un período que va del siglo V al VII de nuestra era. Para los autores del estudio ofrece una clara lectura en relación con una actividad agrícola en los momentos posteriores a la dominación sueva.

Por lo tanto, en las Brañas do Sar fue construido un espacio agrario entre los siglos V y X por una sociedad campesina de gran dinamismo que proyecta la arquitectura del medio, desde la selección del espacio hasta su reestructuración premeditada, y cuyos usos se mantuvieron invariables prácticamente hasta la actualidad.

Las Brañas do Sar en la actualidad

En la actualidad las Brañas de Sar presentan distintos grados de conservación y podemos distinguir dos zonas claramente diferenciadas y separadas por el camino histórico de Sar. Al norte, entre el Monte Viso y el Puente del Sar, un tramo que discurre por las laderas del monte Gaiás, está la zona más degradada a causa de construcciones recientes (piscina, polideportivo, viviendas particulares, campo de fútbol, pistas asfaltadas etc.) que ocupan terrenos claramente detraídos a las brañas que constriñen el curso del río alterando la vegetación original y las condiciones de hidromorfia del terreno y actuando en las riadas cómo auténticos tapones.

Regato
Canal de riego de las Brañas
Vexetación no río

En los márgenes externos y en las zonas más altas se localizan las zonas dedicadas a cultivo, configurando un sistemas de mosaico de cultivos en tenencias perpendiculares al eje del río. En los entornos de las edificaciones y molinos existentes encontramos prados de siega y algún indicio de plantación forestal con chopos. En este tramo de las brañas, el bosque de galería no pasa de ser una fila de árboles en la que abundan las discontinuidades y la existencia de las brañas pasa a ser testimonial.

En el siguiente tramo, que va de Ponte do Sar a Pontepedriña, el río discurre más libre, lo que posibilitó la conservación de una buena cantidad de brañas que se extienden por su orilla en zonas bajas y llanas. Aquí el bosque de ribera cobra más entidad y pueden distinguirse manchas aisladas monoespecíficas de sauces o alisos. En los márgenes externos, a menudo en las márgenes interiores de los meandros, aparecen herbazales, prados de interés ganadero desarrollados sobre suelos fertilizados y regados por inundación. Intercalados entre parcelas de cultivos de zonas más altas, aparecen parcelas abandonadas con vegetación espontánea procedentes de prados actualmente no trabajados.

La estructura parcelaria del conjunto de las brañas nos muestra un espacio minifundista típico del campo gallego distorsionado por la existencia de varias parcelas de grandes dimensiones tanto de labranza como de prado. Sin contar estas, la estructura de la propiedad presenta parcelas de matorral que rondan los 700 m y otras dedicadas a prados de menos de 400 m de media.

Junto a la muy importante presencia en el ámbito de la Colegiata de Santa María a Real de Sar, la riqueza patrimonial del conjunto de las Brañas do Sar está constituida por sus valores etnográficos y naturales, a los que hay que añadir la Ciudad Histórica, que las atraviesa por la calle del Puente del Sar.

El conjunto etnográfico construido en el ámbito tiene íntima relación con el uso del agua como elemento de vaIor productivo: un sistema de canales, molinos, muros y represas que conducen el agua con la presión necesaria a los molinos situados a lo largo del curso del río. En el área existen cinco molinos de molienda. Junto a las intervenciones en los cursos del agua, el territorio fue construido con la formación de laderas y terrazas de cultivo, caminos, puentes y pasarelas a la búsqueda del tránsito desde las viviendas a los espacios productivos.

Gestión responsable y sostenible

Las Brañas de Sar poseen destacados valores naturales, etnográficos y paisajísticos que hay que preservar, cuidando todo el sistema: humedales, explanadas de inundación, elementos etnográficos tradicionales etc., evitando discontinuidades y posibilitando que mantengan sus características y dinámicas naturales y el funcionamiento como conexiones biológicas.

La protección de este sistema natural es indispensable para el funcionamiento del metabolismo urbano y para contribuir activamente en el mantenimiento de su biodiversidad, ya que los ríos como el Sar, constituyen auténticos canales de la naturaleza en la ciudad. Estos espacios, que mantienen su componente natural en un ámbito transformado por los cultivos forestales y las concentraciones parcelarias, cobran un redoblado valor, tanto como testimonio de un ambiente ya perdido, como por representar excepciones en la comarca. Por lo tanto, las actuaciones en este entorno deben ser muy cuidadosas, ya que su simplificación, además de suponer una merma de la biodiversidad por la destrucción física que implicaría, podría originar la pérdida de su calidad, la desaparición de las tramas reconocibles (en los caminos, en el parcelario, en los cierres, en los árboles de límites, en los usos y hábitats históricos etc.), y también la desaparición de los estrechos y íntimos vínculos con unos asentamientos de honda raigambre histórica.

El paisaje de las Brañas de Sar está determinado por las formas de organización y producción agraria. Así, encontramos tierras dedicadas a la labranza, las huertas, el monte y los prados, que son los que predominan en la actualidad. También tienen especial importancia las terrazas, que es la forma de aprovechamiento agrario en las zonas con pendiente. En las Brañas de Sar se daba la agricultura de autoconsumo del núcleo familiar.

Pontella nas Brañas do Sar
Panorámica do Monte Gaiás
Terraza de cultivo de A Revolta

Hoy en día, el hábitat se asienta en el fondo del valle, centrado alrededor del río Sar. Al lado de las casas, encontramos huertas de pequeño tamaño, plantadas con legumbres, hortalizas y árboles frutales. En las zonas de ladera de monte vemos las tierras de labranza (erías). En torno al río y a los canales y regatos de agua derivados de la corriente principal, se localizan zonas de bosque de ribera y prados naturales, favorecidos por las inundaciones más acusadas. En general, las tierras de cultivos se sitúan en las zonas más llanas y de pendiente suave, y los prados ocupan las zonas más bajas, húmedas y encharcadas, sobre todo en la mitad suroeste.

En las tierras de labranza, el cultivo del maíz y la patata constituyen, tanto en el pasado como hoy, la base de la actividad agraria. En la actualidad, hay una cierta extensión de pequeñas fincas cultivadas destinadas al autoconsumo, trabajadas en su mayoría por gente de más edad, gracias al cual se conservan muchos de los métodos tradicionales de explotación.

Las terrazas

Con la finalidad de conseguir un mejor aprovechamiento agrícola, aparecen los espacios aterrazados, conocidos en la zona como roleiros, en los que se contiene el terreno mediante un muro, para salvar las pendientes o desniveles, y convertirlo en apto para el cultivo. Estas estructuras siguen teniendo un papel muy importante en el paisaje actual. En las Brañas do Sar encontramos dos zonas aterrazadas situadas en vértices opuestos: una, la terraza de la Revolta de Abaixo –  Goiáns  de Abaixo, en la mitad noreste, al lado del Multiusos Fontes do Sar, que en la zona este es de pendiente suave, y la segunda, denominada terraza de Picaños, en la ladera del monte Santas Mariñas.

Estructura parcelaria

Por otra parte, la estructura parcelaria tiene cómo característica más importante la enorme fragmentación del espacio, característica general en muchas partes del medio rural gallego. La forma de organizar el espacio agrícola está condicionada por la cercanía de viviendas pero, sobre todo, por la relación con el río Sar. La forma de las parcelas es variada, con independencia del cultivo al que se dediquen. Las parcelas más alargadas y cuadrangulares son las más frecuentes. La disposición perpendicular al río y a sus canales permite el abastecimiento de agua a cada una de ellas, sin quedar ninguna aislada. A consecuencia de la realización de las partijas, cuando se divide a efectos hereditarios una finca labrada, la partición se hace en sentido longitudinal, por ser más fáciles las mediciones, adquiriendo un aspecto de largas cintas también denominadas lanières.

Monte Gaiás e terras de labradío
Terraza de cultivo de la zona

Los cierres entre parcelas

Los cierres entre parcelas tienen un doble sentido: delimitar la propiedad e impedir el acceso a ella. Para esto se construyen los vallados, que son muros de cascajos de piedra de distinta altura y consistencia. A veces, hay lindes naturales que sirven para delimitar las parcelas, como un camino o un riachuelo. También se usan como deslindes de fincas, árboles o arbustos, por ejemplo el mimbre o vime, arbusto de porte medio, de ramas muy flexibles y color amarillo, o habitualmente empleado en cestería.

A medida que los cierres se hacen más altos, se refuerzan como signo de privacidad. En el caso de las Brañas de Sar no son muy frecuentes los grandes cierres. Se presentan cerrando superficies más o menos amplias, como la Colegiata del Sar, donde el muro marca su poder simbólico y material como dueña en siglos pasados de una parte importante de las propiedades de Brañas de Sar y de los derechos de uso del agua, hasta la desamortización de Mendizábal.

La mayor parte de los cierres se hacen sobre las huertas y en la actualidad con muros de hormigón y mallas metálicas, la mayoría en la zona del sendero de Picaño.

En las Brañas es posible apreciar la singular integración paisajística de su hábitat tradicional, típico paisaje de erías con terrazas sucesivas en las riberas de ríos y riachuelos en la que se produce la transición y correción del desnivel.

Un espacio agrario sostenible

Con las Brañas do Sar hablamos de un espacio verde productivo, periférico y semirrural que en el pasado jugaba un papel importante en el abastecimiento de los recursos necesarios para el aprovisionamiento de la ciudad tradicional. Esta explotación sostenible del territorio estaba organizada de tal forma que mantenía su capacidad productiva devolviendo los nutrientes (nitrógeno, fósforo y potasio) al suelo para garantizar su fertilidad, un sistema combinado de hiperfertilización agraria, ideal para un sistema agrícola como el minifundio gallego, consistente en el aprovechamiento de los nutrientes que aportan las crecidas del río y el agua que baja del monte, a los que se sumaba el estiércol producido por la mezcla de las heces del ganado con las retamas y tojos que servían de cama en las cuadras donde se guardaba.

Las Brañas do Sar son un espacio inundable en el que se sitúan los llamados prados de riego que se gestionan mediante una tecnología propia en la que canales y arroyos juegan un papel fundamental, configurando un sistema ramificado de reparto de agua adaptado a la condición inundable del territorio.

Durante siglos, el paisaje tradicional de las Brañas de Sar se mantuvo inalterable, sirviendo además de para usos agrarios, como lugar a lo que acudían personas del entorno: mujeres para lavar y lugar de ocio de la chiquillería de los barrios próximos (Sar, A Trisca, Pontepedriña, Picaños). Será a finales de los sesenta y principios de los setenta cuando se inicie lo deterioro y abandono de este entorno, antaño llena de actividad y personas.

Aun así, en el ámbito de las Brañas do Sar la configuración paisajística se encuentra sin grandes distorsiones al mantener, en cierta medida, el complejo agrario tradicional vigente. Por lo tanto, es posible apreciar la singular integración paisajística de su hábitat tradicional, típico paisaje de erías con laderas sucesivas en las faldas de ríos y arroyos en la que se produce la transición y corrección del desnivel. La compleja estructura parcelaria está constituida por un gran número de pequeñas teselas que acogen diversos usos, con caminos orillados por vegetación de borde que cubre taludes y cerros y define la estructura paisajística de los campos. Estamos ante un paisaje de gran calidad y elevada fragilidad, con una configuración y complejidad que contrasta con la creciente homogeneidad del campo, que acerca naturalidad y diversidad por su mayor variedad de usos y hábitats, complejidad y diversidad que constituyen las virtudes de este paisaje microconstruído.