
Patrimonio del valle de Santa Lucía
Patrimonio natural. En el valle de Santa Lucía encontramos importantes masas de bosque atlántico. Bosques mixtos caducifolios donde podemos ver robles, castaños, campos, fresos, avellaneros, espinos, avugueros…, acompañados de especies perennes como el laurel, el acebo y el érbedo. Los árboles, sobre todo los robles, sostienen en los troncos y ramas una buena comunidad formada por helechos, musgos y líquenes. En el sotobosque crecen hiedras, celidonias, estalotes, chupamieles, líquenes, setas…
En este contorno de sombras se mueve el corbatero o el ciervo volador, el mayor escarabajo de Europa, y una numerosa fauna de aves insectívoras que nos invitan a hacer turismo ornitológico. Para ampliar la información sobre este apartado invitamos a consultar el menú de fauna y flora de esta web.
El patrimonio etnográfico es abundante, con numerosos molinos, pasarelas, canales, cruceros, casas rústicas, fuentes, lavaderos… Encontramos cruceros en Aldrei (este a un lado de una fuente de piedra y de un lavadero de cemento), en la capilla de Santa Lucía (con un fuste bien alto), en Piñeiro (con una inscripción en la plataforma), Corexo y el de A Torre branca en Aríns.
La población de la zona conserva tradiciones únicas como los Generales de la Ulla, un Carnaval único compartido con otros ayuntamientos de la comarca del Ulla (A Estrada, Vedra, Teo, Vila de Cruces…). Aún recuerda la gente de estas parroquias como era la vida y el paisaje antes de que la modernidad acabara con una agricultura milenaria, que celebraba eventos tan esperados como la malla del trigo, trabajo en el que participaba el vecindario y que finalizaba con una comida en la que no podía faltar una buena fiesta. Marrozos conserva el único campanero de la zona. Sobre patrimonio etnográfico, como la malla o los campaneros, encontrarás información más amplia en otros apartados de esta web.


Leyendas. En esta comarca es fácil encontrar escudos y otras representaciones de serpientes aladas o dragones, como el que hay en la fachada de Santa María de Marrozos o en el escudo del Ayuntamiento de Boqueixón. Probablemente estén relacionados con la leyenda Jacobea del traslado del cuerpo del Apóstol; según cuenta esa leyenda la reina Lupa, personaje mítico que gobernaba en la comarca, intentó engañar a los discípulos que trasladaban el cuerpo del Apóstol cuando estos le fueron a pedir un carro y unos bueyes, doña Lupa los mandó al Pico Sacro con la esperanza de que el dragón y los bueyes que vivían allí los mataran. Los discípulos hicieron la señal de la cruz y provocaron la muerte del dragón y vieron como las bestias se amansaban, y ante esto la reina y sus vasallos se convirtieron al cristianismo.
En la misma parroquia tienen su acervo mítico protagonizado por un dragón. Dicen que hace muchos años había un dragón y que los vecinos se juntaron para matarlo pero aquel dejó tres huevos en el Pico Sacro y, para evitar que pudiese volver, las gentes de la zona suben al Pico y tiran piedras en las dos cuevas que hay allí para destruir los huevos.
Y relacionada con esta cuentan también por Marrozos que hace muchos años vivía un dragón donde hoy se encuentra la iglesia, y sospechan que podía ser uno de los hijos del dragón del Pico Sacro que fue a vivir allí ya que desde ese lugar veía el imperante Pico Sacro y se podía esconder.
Componedores. Curanderos. Había dos componedores, Gómez y Felipe. Este era de Lobio y estudiantes de allá por el 1980 recordarán: O Catro Ventos. También había un curandero, llamado Salvador, del lugar de la Pena, que quitaba los males de ojo. Estas figuras, sobre todo los componedores y componedoras, eran el único recurso que tenían las gentes del campo para curarse de accidentes y lesiones que se producían durante los duros trabajos que tenían que hacer. Los médicos eran un artículo de lujo en aquel tiempo, y quedaban lejos.