Presa: (guiar o aceña) mediante una construcción de piedra crea un pequeño embalse que almacena agua que salva el desnivel del lecho fluvial y desvía el agua para el molino a través de la gavia y el canal.
Grabada, gavia o loada: simple arroyo cavado en la tierra para la conducción del agua hacia el canal del molino.
El canal: guiaba el agua al rodicio. Hecha con losetas laterales y en el fondo, aumentaba la presión del agua incluso con un caudal pequeño. El líquido entra por una pieza, bien de madera o de piedra, llamada “billote”, que se puede abrir y cerrar desde el interior del molino. El agua que pasa por él fuerza el movimiento de la maquinaria.

El edificio del molino: es la construcción donde están instalados los mecanismos que muelen el grano. Siempre se eleva unos metros sobre el lecho del río. El tamaño cambia según las dimensiones de las piezas y el número de ellas. Algunos también eran la vivienda de las familias que atendían el molino. Los materiales de construcción varían: granito o loseta, teja o loseta y siempre con estructuras interiores de madera.

Posadero: simple pieza de piedra que sobresale de la pared del lado de la puerta del molino y que sirve para posar los sacos con el grano o harina.
Mecanismos interiores:
Infierno: cavidad ubicada en la parte inferior del molino que cobija el rodicio. Está formado por dos paredes laterales, una de ellas con un pequeño hueco para el “billote” y la parte frontal, llamada sartén. En esta hay otro hueco (o huecos) por donde sale el agua después de mover el rodicio.
Tremiñado: sobre el infierno, es el espacio donde se hace la molienda. Su planta se divide en dos partes: una con el piso de madera, de piedra o terreno, y otra hecha con grandes piedras que salvan la distancia que hay entre los muros laterales del infierno aguantando el peso del pie y de la muela.
Rueda: es el elemento que pone en movimiento la pieza de moler. Puede ser horizontal o vertical. El primero es el rodicio y el segundo la bruia. El rodicio es la propia de los molinos del mismo nombre. Por lo general es de madera o de hierro, con unas aspas en forma de cuchara y dispuestas radialmente llamadas penas. La presión del agua las pone en movimiento y acciona el eje mueve la pieza de moler.
Bruia: de mayores dimensiones y fijada a un eje horizontal que hace llegar su movimiento a la pieza de moler que transforma la rotación vertical de la rueda en una rotación horizontal.
Pieza de moler: dentro del molino, tiene varias partes: “la moega”, o caja de madera en forma de pirámide invertida y abierta en la parte superior para poder echar el grano, por la parte inferior los cereales caen en un canal de madera, llamada “tiburón” o “adella”. El tiburón mide como cae el grano y lo dirige hacia el ojo de la muela, hecho en el centro. Por él el grano se mete entre la muela y el pie.
Pie: pieza de piedra con forma circular, fija, muy sólida, sobre la que se coloca la rueda, también de piedra, pero de menor tamaño y móvil, esta al girar deshace el grano contra el pie. De las juntas entre la rueda y el pie sale la harina que va a caer en el “farneiro”. Según el grano, las piezas de moler son de distinta calidad y reciben distintos nombres: las “albeiras”, para moler el trigo y el centeno; y las del país o piedra “mourenza”, para el maíz.
La harina resultante:
Según salía de la rueda, la harina daba tres calidades: la que quedaba más cerca de la maquinaria era el óleo que era la más fina y blanca, la que caía del lado hacia fuera era la «míllara», que no era tan fina, y por último en los bordes salía el “relón”, que era la más basta, como salvado.
La gente llevaba el grano (trigo, centeno y maíz) a moler, lo que se llamaba «acostar el molino», cuando lo necesitaban para cocer el pan o dárselo a los animales. Cuando había poco agua, en verano o en tiempos de sequía, los molinos tenían preferencia para coger el agua que se sacaba de los prados. Les llamaban “albeiros” y también molinos blancos a los molinos de trigo que además de moler también tamizaban la harina. En Aríns sólo había el “albeiro” de Xosefina
