
Los sonidos de la campana se llaman toques y, como veremos, hay una gran variedad. Los toques se agrupan en turnos (“quendas” en gallego) y cuando suenan muy rápido se llama repique, usados sobre todo en las fiestas, en emergencias etc.
Los toques de campana eran un elemento esencial en los actos de la vida pública y eclesiástica y conocidos por todo el vecindario. Los más significativos eran los toques del Angelus que se realizaban al amanecer para empezar la jornada, el de mediodía que marcaba la hora de comer, y al atardecer anunciando a la gente que trabajaba en el campo que la jornada tocaba a su fin, este toque por ejemplo, se daba en verano a las 20:30h y en invierno a las 18:30h. Con todo, existían muchos otros toques fundamentales, algunos de los cuáles serían los siguientes:
– Toque a la misa: Se utilizaba la campana mediana tocando con un ritmo normal, finalizando con uno, dos o tres toques a medida que se acercaba la hora de la misa. En la zona de Santiago (Aríns, O Eixo y Santa Lucía) el primer toque se da una hora antes de la misa, una campanada. Cuando faltan 45 minutos se dan dos toques y tres cuando falta media hora. En el último cuarto, cuando faltan 15 minutos se tocan tres veces, dos cuando quedan 10 minutos para el comienzo de la misa y una en el momento en que entra el sacerdote para comenzar el oficio religioso.
– Repiques de domingo: También utilizado en las novenas. Se realizaban a la cuerda, sujetando dos cuerdas por mano y desde la parte baja del campanario, llamando a los fieles a la misa festiva.
– Toque al rebato: Se utilizaba para indicar alguna emergencia o catástrofe en la región, como temporales, incendios o evento similar, repicando varias campanas a la vez rápidamente.
– Toque de fiesta: Durante las fiestas grandes de la parroquia se volteaban las campanas y se tocaban al vuelo para indicar el inicio de los festejos.
– Toque a los muertos o de difuntos (clamor): Campanadas utilizadas en los entierros comunes, impulsada por toques lentos a cuerda de dos campanas. Para indicar el sexo del fallecido, se daban dos toques si era una mujer y tres toques si era un hombre. En otras zonas, como la del valle del río Santa Lucía, se tocaba dos veces con la campana pequeña (la de las mujeres) y uno con la grande (la de los hombres) si la fallecida era una mujer; con dos toques de la grande y uno de la pequeña si el difunto era un hombre.
– Toque de Gloria (o de Tilindula): Indicaba cuando fallecía un menor de 7 años. Se realizaban los toques como en entierros comunes, doblados de dos campanas seguidos por pausa, pero eran más lentos si el niño era de familia pudiente, o más rápidos si era de un entorno menos favorecido.
– Toque Viático (sacramento de la Eucaristía que se administraba a los enfermos graves o moribundos). Se realizaba un poco antes de la salida del cura de la parroquia y consistía en una secuencia de un toque de dos campanadas graves seguido por una pausa, repitiendo esta secuencia cada dos o tres minutos.
Cada toque de la campana tenía su nombre, como el toque de alba al amanecer. Los campaneros dicen que “llora la campana” cuando su toque tarda más en apagarse, como ocurre cuando anuncia una muerte inminente en la parroquia.
