Estas representaciones se colocaban en lugares como cruces de camino, donde sucediera una muerte trágica, por devoción a una determinada figura religiosa, en memoria de algún familiar o persona allegada o para espiar alguna mala obra. De hecho, tras la desamortización que expropió los bienes de la iglesia, muchas personas hicieron grandes fortunas comprando esas propiedades y para expiar su culpa mandaron hacer gran cantidad de cruceros. Alrededor de estas representaciones nacieron leyendas, canciones, poemas y otro tipo de composiciones, que alimentaron la tradición oral en Galicia. Y detrás de cada uno hay una historia curiosa, o bien curiosa, como la del Crucero de Conxo que te invitamos a conocer.