La actual iglesia del Carmen de Abajo, fue encargada por la cofradía del Carmen, y su construcción se desarrolló en dos fases. La primera entre 1750 y 1773 y la segunda en el siglo siguiente, a partir de 1867.
En la construcción del siglo XVIII, las obras se prolongan extraordinariamente debido a la crítica situación económica de Galicia en toda la década de 1760, causada por las malas cosechas, la crisis agraria y la carestía extrema. La situación es tal que la Junta del Reyno de 1769 dirá que Galicia “… está para dar el último suspiro”.
Intervino en la construcción del siglo XVIII el arquitecto Clemente Sarela y es probable que también Lucas Ferro Caaveiro. Es un templo de estilo barroco clasicista, y muestra como durante su construcción se pierde la impronta del barroco compostelano, y el resultado es una obra de carácter muy rural. Consta de una planta muy sencilla de una sola nave rectangular, cubierta a dos aguas y linterna circular en el centro.
En el siglo siguiente, se reformará para darle un mayor ancho. Estas obras no solo rompen la proporcionalidad de la capilla construída en el siglo XVIII, también reducen la luz al eliminar una ventana lateral del muro sur que será susbtituído por un pseudo y poco afortunado crucero.

La fachada se distribuye entre pilastras que enmarcan la puerta sobre la que se sitúa una hornacina con la imagen de la Virgen del Carmen que preside la fachada, representada con una tipología nada frecuente, y de hecho es la primera y única vez que se empleará en Santiago. Un poco más arribase ve el escudo carmelitano. Corona la fachada una torre campanario de tipo muy común al de otras iglesias de la ciudad, que se sitúa encima del frontón curvo de remate. En el muro lateral norte, se encuentra un relieve que representa a los santos fundacionales de la cofradía: la Virgen del Carmen y San Eleuterio, que posiblemente fue colocado hacia el año 1900.

La traza del retablo mayor de 1767 se puede atribuir a Miguel Ferro Caaveiro según recibo que obra en el archivo parroquial. Presenta mezcla de elementos rococós junto a otros de estilo neoclásico. Lo preside la Virgen del Carmen rodeada de San Blas, San Emigidio, San Ramón, Santa Quiteria, San Gabriel, una cohorte que insiste en la salvación de los peligros tanto materiales como espirituales. De todas las figuras, la más valiosa es sin duda la de Santa Quiteria obra de José Ferreiro y que muestra las características estilísticas de los talleres compostelanos del tercer cuarto del siglo XVIII.
En el exterior, invitamos al visitante a descubrir un tablero de juegos grabado en la piedra, conocidos como alquerques, similar a los que se pueden ver en San Lorenzo y en muchos lugares de la ciudad.