El 15 de septiembre de 1873, entra en servicio la primera línea férrea que se construyó y operó en Galicia, con una longitud de 42 kilómetros, 25 años después de la puesta en funcionamiento de la primera línea de la Península Ibérica. Unía la estación de Cornes, en el término municipal de Conxo (hoy integrado en el ayuntamiento de Santiago de Compostela), y la estación de Carril, en el término municipal de Santiago de Carril (hoy ayuntamiento de Vilagarcía de Arousa).

Era un hecho histórico muy importante, porque conectaba Santiago con la costa, y además suponía el fin de los antiguos carruajes como medio de transporte, que tardaban cinco horas en hacer ese mismo trayecto. El Diario de Santiago publicaba: “la monumental ciudad de Compostela, la Roma de Occidente verá con júbilo lucir el ansiado día en que la locomotora le acerque a uno de los mejores puertos de este Antiguo Reino”.
El ansiado día de la inauguración, el 15 de septiembre de 1873, todas las estaciones del recorrido estaban atestadas de gente y engalanadas con estandartes, gallardetes, banderines y otros embellecimientos en edificios e instalaciones. A las doce menos cuarto en la estación de Cornes, el penitenciario de la catedral el Sr. Palacios, bendice las cuatro locomotoras fabricadas en Inglaterra, mientras en el aire resuenan gran cantidad de cohetes. A La misma hora en Carril se suelta un globo aerostático con unos paños de seda artísticamente bordados con grafías alusivas al acto colgando de su barquilla, al quemarse los hilos que los sustentan caen y son recogidos por los asistentes. Uno de estos paños se conserva en la Fundación Camilo José Cela. Como colofón de estos actos, las autoridades, periodistas e invitados suben al tren y realizan el primer recorrido de la línea férrea, parando en todas las estaciones. Y así, con fasto decimonónico queda inaugurado el primer ferrocarril de Galicia.