
La construcción de esta línea con capital privado que era la tónica de aquel tiempo, se remonta a trece años antes de la inauguración. El proyecto inicial sólo contemplaba la llegada a Cesures, porque se pretendía usar la desembocadura del Ulla como puerto de Compostela, pero como esta idea no era viable, se modificó el trayecto y se decidió que el destino fuese Carril. Esto provocó un incremento notable del presupuesto.
Esta obra contará con el apoyo del Ayuntamiento Constitucional de Carril y de la Sociedad de Amigos del País de Santiago que había madurado el proyecto. La concesión fue otorgada en 1861 a una compañía de la que era socio, entre otros el gran geógrafo Domingo Fontán, y transferida a la compañía que la explotaría en 1863, cuando se autoriza por Real Decreto, la creación de la Real Sociedad del Ferrocarril Compostelano de la Infanta Doña Isabel de Santiago al Puerto de Carril, aunque la línea Cornes- Carril era conocida popularmente como “El Compostelano”.
Esta sociedad estaba participada por emigrantes gallegos en Cuba, vecinos de Carril y de Compostela. El ingeniero inglés John Stephenson Mould, y su socio italiano Camilo Bertorini, se encargan de la construcción.
Después de muchos problemas económicos, inestabilidad política (sexenio revolucionario) e inclemencias meteorológicas, se inaugura oficialmente el primer ferrocarril gallego, el 15 de septiembre de 1873, siendo presidente de la Junta Ferroviaria en ese momento Eugenio Montero Ríos.